viernes, 7 de diciembre de 2007

El baile en la playa

Se sentía la sal del mar en todas partes de la ciudad. Los edificios y las casas estaban construidas al lado de una montaña. Hacía fresco en la playa y solo se podía ver con la ayuda de las estrellas y la medialuna. Toda la ciudad estaba tranquila salvo la fiesta que pasaba en la playa.
Llevaba la prenda más elegante que tenía e iba del brazo del hombre más cotizado del pueblo. Al llegar en el lujoso carruaje como un sueño, decendimos las escaleras hacia la playa. Al justo momento de llegar, la música romántica empezaba y las luces bajaban. Quería bailar o besar a mi marido pero cuando volteé ya estaba con sus compañeros en la mesa discutiendo sobre los negocios y las finanzas.
En ese momento, un hombre atractivo se me acercó. Caballerosamente, me tomó la mano y me invitó a bailar. Yo acepté felizmente, ya que la canción que tocaba la orquesta era mi favorita. Bailábamos suavemente al compás de la melodía. Sentía su cálida mano en mi centura casi como una caricia. Era una sensación que me gustaba. De repente, mi marido se acercó con un par de amigos. Yo podía ver la furia tremenda en su cara y sentí un miedo terrible…

6 comentarios:

Yvonne dijo...

Ya que cuando mi marido tomaba alcohol solía ponerse muy furioso y era capaz de hacer cualquier tontería. Una vez estábamos en una reunión con varios amigos cuando empezó a beber y después se puso a golpear a todos los meseros que ahí se encontraban. La razón por lo cual hizo esto fue simplemente porque uno de los meseros se acerco a mí para preguntarme si necesitaba algo. Yo ya no conocía a aquel hombre, el hombre del que yo me había enamorado ya no existía. Ese hombre tierno, cariñoso, que solo vivía para mi y no había otra cosa mas importante que yo en su mundo. Ahora todo era distinto este hombre solo vivía para los negocios y las casuales salidas donde siempre tenia que tomar bebidas alcohólicas. En ese momento me di cuenta que yo ya no amaba a ese hombre desconocido. Descubrí que mi matrimonio era una apariencia y el tiempo había destruido todo entre el y yo. Los dos habíamos cambiado por alguna razón quizás fue la sociedad, el trabajo, la rutina pero lo que si se es que ya se había perdido toda relación entre nosotros. Mi marido se acerco y yo con una mirada le dije todo lo que había acumulado a lo largo de los años. Él comprendió toda la amargura en mis ojos y salimos de ese restaurante sin decir ninguna palabra.

SarahB dijo...

Ya estábamos bailando cuando mi marido le tocó el hombro del hombre con quien estaba baliando, pero el hombre no dejó de bailar con migo. Finalmente, mi marido dijo, “Hombre. No debes bailar con mi mujer. Si deseas evitar una lucha conmigo, deje mi mujer en paz.” Mi corazón estaba corriendo en mi pecho y no dije nada. El hombre misterioso le dijo, “Hermano, ¿no me reconoces?” Mi marido dijo, “¿Pedro? Hemos pensado que moriste durante la guerra.” Pedro dijo, “No, hermano. Yo huí de las tropas enemigas y escondí en las montañas para dos años. Vi a esta mujer sola y le invité a bailar conmigo. No se dio cuenta de que ella es la esposa tuya.” Había silencio. Mi marido ya no era furioso, pero era más pensativo. Después de un rato él le dijo, “Hermano. ¡Abrázame y nos juntamos en mi casa ahora mismo!” Ellos abrazaban y fuimos a nuestra casa con el hermano de mi marido. ¡Gracias a Dios que el hombre misterioso fue el hermano de mi marido porque si no fue él, habría una lucha desastrosa! Nunca olvidaré la noche cuando bailaba con el hermano de mi marido.

DMac dijo...

aunque no he hecho nada mal. Solo estaba bailando mientras mi marida estaba ocupado con sus amigos y sus negocios. Es verdad que sentia el miedo que estaba enojado y nunca quiero que mi marido este danado pero no debia estar haciendo todos negocios. Yo le di gracias al guapo para el baile y regrese agradablemente con mi esposo pero todavia sentia que merecia algo mas.
Agarre mi marido y salimos del lugar de negocios y sus amigos. Ya no parecia enojado sin sorprendido pero el y yo necesitabamos un momento bonito y sin gente. Todo no sera perfecto pero estamos en paraiso.

abbey dijo...

Mi marido y sus amigos empiezan a pelear con el hombre. Yo estaba chillando y lloriendo. Había mucho sangre y la fiesta fue completamente destruida. Finalmente, con la ayuda de los otros a la fiesta, ellos pararon peleando. Salí sola y regresé a la casa de mis padres porque necesitaba pensar. Luego, mi marido llegó con flores para mí. Él me disculpó muchas vezes. Desde entonces, él me da más respeto, atención, y amor en general. Obviamente, él darse cuenta la que puede perder. Todavía, estamos felíz y yo nunca quiero bailar con otras hombres.

kaitlynj dijo...

Mi marido era una persona muy celoso y inmediatamente yo sabia que fue un error bailar con este hombre...Rapidamente yo me aleje de el, pero no me dejo ir. Me tomo la mano y pregunto, "Es tu novio?"
"Mi marido," yo respondi, "Lo siento pero me tengo que ir."
Yo me voltee para enfontarme al hombre que ya no reconocia. Antes era un hombre muy carinoso y tierno...todavia sabia que me amaba, pero cuando estaba borracho, era como otra persona.
El me empezo a gritar, a reganarme para bailar con otro. Levanto la mano, al punto de golpearme, cuando el hombre caballeroso lo paro, le agarro la mano y no lo soloto. "Y tu que haces??" Le prengunto a mi marido.
"Nada...nada." Respondio el, viendo sus zapatos con verguenza.
"Eso es lo que pensaba."
Mi marido me miro una vez, con los ojos suplicantes...como que queria pedirme perdon. Pero de repente, sin decirnada, se volvio y salio del baile.
Esta noche yo regrese a mi casa, hice mis maleta y me fui...

Kristen dijo...

Sin un pensamiento, agarré la mano del hombre atractivo y misterioso, y empezaba a correr fuera de la fiesta. No sabía que estabamos a hacer ni a donde íbamos, pero corríamos por las calles de la ciudad abandonada. Yo nunca había actuado así en mi vida, y me sentía libre por fin. Continuábamos corriendo hasta alcanzamos el borde de un acantilado. Debajo era el océano y olas grandes. Otra vez, sin un pensamiento, el hombre y yo saltamos hacia el agua. Alcancé la libertad, y nunca había sentido tan bueno...